El 18 de julio de 2024 se produjo un incidente que los medios de comunicación calificaron como «el mayor apagón informático de la historia«. El producto XDR de , Falcon, que se ejecuta en Windows, recibió una actualización fallida que provocó que el sistema operativo Windows se bloqueara y mostrara la pantalla azul de la muerte (BSOD). El tedioso proceso de recuperación requería acceso físico a cada sistema afectado para repararlo. Este incidente se convirtió en un brote global, que afectó a 8,5 millones de máquinas Windows en todo el mundo y causó interrupciones críticas y tiempo de inactividad en numerosas organizaciones, incluidos bancos, hospitales y aeropuertos.
Es comprensible que esta situación plantee muchas preguntas. Es muy inusual que una empresa de ciberseguridad de confianza como CrowdStrike, con una larga historia de desarrollo de productos de calidad, permita que una actualización defectuosa se implemente rápidamente en todo el mundo. Se espera que una empresa de este tipo tenga un proceso de desarrollo sólido que incluya pruebas rigurosas en un entorno de prueba antes de llevar las actualizaciones a producción. Los lanzamientos por fases a diferentes segmentos de clientes también deberían haber evitado un brote generalizado. Es difícil imaginar condiciones en las que se hayan ignorado todas las mejores prácticas y salvaguardas para probar y validar las actualizaciones: una investigación eventualmente revelará la causa.
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